jueves, 16 de junio de 2011

Los Sefardíes y la creación del Estado de Israel.

Un recuento histórico de las migraciones habidas durante el siglo XX  de los judíos sefardíes y orientales a la Tierra de Israel y su contribución  al renacimiento del Estado de Israel ocurrido en 1948, esta expuesto clara y sucintamente en una publicación del Dr. Abraham Haim (Historiador. Investigador del patrimonio sefardí  y Coordinador del Instituto `Yisgav Yerushalayim de la Universidad Hebrea de Jerusalem.) la cual fue  reproducida en la revista judía venezolana “Maguen” (Revista Maguen Nº 52, 1984 de la Asociación Israelita de Venezuela, Centro de Estudios Sefardíes de Caracas).

En este post me permito reproducir parcialmente su trabajo en el cual se encontrara respuestas a preguntas tales como:¿Por qué sólo un judío sefardí esta entre los firmantes del acta de independencia? ¿Cual es la causa del predominio de los asquenazíes en la vida publica de Israel? ¿Como fue el desarrollo demográfico de los judíos orientales que inmigraron a Israel durante el mandato británico y luego de la declaración del estado? Y otras similares que puedan servir para tener una visión mas equilibrada sobre la historia reciente del pueblo judío A continuación reproduzco literalmente dicha obra..


La vieja comunidad judía en Eretz Israel hasta mediados  del siglo XIX era en su mayoría de origen sefardí y estaba afincada en Jerusalén, Safed, Tiberiades Hebron y otros lugares. Esta comunidad con las distintas corrientes inmigratorias judías, durante los cuatrocientos años que mediaron desde la expulsión de los judíos de España (1492) hasta mediados de siglo, crearon las bases de la economía y el comercio de la renaciente comunidad judía en Israel.
…………
Durante el período del gobierno británico en Eretz Israel, la época del mandato, desde 1917 a 1948, aumentó gradualmente la población judía en el país, Las distintas corrientes inmigratorias fueron el facto central que decidió el contorno demográfico del Yishuv (comunidad judía en la Tierra de Israel),  y la composición social de esas aliyot (inmigraciones) determinó en gran manera la estructura de la Comunidad judía en Israel. Las aliyot entre los años 1922-1945 contribuyeron con un 80% de la población judía del país. La gran mayoría de los "olim" (inmigrantes) vino de los países de la Europa Oriental y Central. De Salónica llegaron los primeros portuarios y estibadores, que permitieron la apertura y funcionamiento del primer puerto judío en el mundo, el puerto de Tel Aviv.

El hecho de que la mayoría de los "olim" en la época del mandato vinieran de los países e Europa (86%), hizo que 'la mayoría de los puestos políticos en el movimiento sionista y la distribución de los recursos económicos en Israel, estuviera en manos de aquellos. El porcentaje de sefarditas y miembros de las comunidades Orientales en Eretz Israel disminuyeron y del 41% que era en 1916 llegó al 29% en 1928. A fines de 1958 representaban sólo el 23% y en 1943, el 20,5% del total de la población, es decir un quinto del yishuv. La gran mayoría de los sefarditas participaba en las elecciones para las instituciones judías centrales de Eretz Israel, pero su representación no equivalía al porcentaje y peso que esa comunidad tenia en el país hasta mediados de los años Cuarenta. Debido a que las autoridades centrales no aceptaron las exigencias de la comunidad sefardita de introducir cambios en la ley electoral, no participaron como comunidad en las elecciones de 1944 para elegir los representantes de la Asamblea Nacional. Debido a que sefarditas y miembros de las comunidades orientales figuraban en las listas de los diferentes partidos Sionistas, aunque no en gran número, le quitó fuerza a su exigencia de recibir una representación política de acuerdo a su peso en la población total, para integrarse a las instituciones centrales del yishuv, después de las elecciones.

La ausencia de los más destacados dirigentes sefarditas de las instituciones centrales judías del país en la segunda mitad de los años cuarenta, trajo como consecuencia un mayor alejamiento de éstos del liderazgo político del yishuv. Así sucedió que entre los firmantes de la Declaración de la Independencia de Israel, el 14 de mayo de 1948, figure sólo un sefardita; Bejor Shalom Shitrir, que era miembro del Consejo Nacional y ministro del Gobierno Provisional, y más tarde ministro de los futuros gobiernos de Israel.

Ya para las primeras elecciones, que se realizaron en febrero de 1949 fue elegido una fracción sefardita de cuatro diputados. La realidad ideológica y no comunitaria hizo que esta fracción se dividiera y  se sumara a algunas de las listas elegidas sobre una base política. Para las elecciones a la segunda Kneset, realizadas en 1951, fueron elegidos sólo dos sefarditas de la lista que se presentó a las elecciones, pero sus miembros se incorporaron al partido de los Sionistas Generales. Ya en las elecciones para la tercera Kneset, en 1955, fracasaron todas las listas de carácter comunitario y ninguna logró elegir representantes. A consecuencia de esto, la comunidad sefardita dejó de lado el aspecto político y se dedicó a desarrollar la actividad social y cultural de sus miembros.

La respuesta de los Sefarditas en Israel y el mundo ante el nacimiento del Estado de Israel, se puede resumir en dos palabras: Aliyá y Asentamiento, El centro de atracción para los sefardíes era el Estado de Israel. Casi dos tercios de todos los sefarditas que emigraron a Israel de sus lugares de origen, cumplieron con el primero de los mandamientos del sionismo. Llegaron en grandes olas, fortalecieron el Estado, estableciéndose en las zonas fronterizas, y {creando las bases de su agricultura y de la infraestructura a lo largo de todo el país. Este volcamiento hacia Israel es producto de varios factores; en primer lugar el ancestral, el amor a Sión en su aspecto religioso y tradicional, que palpita en cada judío, encendió sus corazones y ante el llamado a la "aliyá"y a las nuevas perspectivas que brindaba el país de sus antepasados, respondieron como un solo hombre, llegando a Israel comunidades enteras, a veces todos en un solo bloque. A esto hay que agregar la organización e iniciativas de la Agencia judía y de las autoridades sionistas que prestaron gran atención a las necesidades de esas comunidades en sus lugares de origen, ya que temían por su existencia física bajo los diferentes regímenes árabes y musulmanes.

Si analizamos las diferentes corrientes inmigratorias y las dividimos en dos; la primera época de 1919 hasta el nacimiento del Estado, en 1948, y la segunda, desde el 15 de mayo de 1948 hasta fines de 1949, veremos que cambia profundamente el mapa de procedencia de los "olim". Por ejemplo, de Turquía llegan a Israel en 29 años el 1,9% de los ‛‛olim" y en el Segundo período representan el 9,4% de la "aliyá"; del Yemen llegan en la primera época el 3,7% de la "aliyá’‛ y en la segunda, representan el 12,3%; de Marruecos, Túnez y Argelia llegaron en la primera época el 0,2% de la '‛aliya" y en la segunda, el 7,9% de ella; de Libia, el 0,2% en la primera época y después, el 4,5%.

Todos los países de Asia y del Norte de Africa representan en la primera época el 10,2% de los "olim" y en la segunda, el 58% de ella. La contribución sefaradí a la "aliyá" se incrementó grandemente después del nacimiento del Estado. El despertar mesiánico por la "aliyá" no se encendió inmediatamente con la declaración del Estado y el "Exodo de Egipto" se produce sólo en 1949, especialmente en la segunda mitad de ese año. Entre mayo-agosto de 1948, el porcentaje de judíos de Africa y Asia en la ‛‛aliya" es bajo y alcanza solo el 4,5%; en los meses septiembre-octubre 1948 aumenta Hasta llegar al 17,3%, Durante la Guerra de Independencia sobresale la "aliya" de los judíos de Marruecos, Argelia v Túnez, y durante los meses de noviembre-diciembre 1948, la de los judíos de Turquía.

La ‛'aliyá" de todos esos lugares continuó llegando, aunque en números más reducidos, ya que desde el mes de junio de 1949 disminuyó el ritmo de la "aliya", Frente a esta situación aumenta la "aliyá" de otros países del Norte de Africa; en julio de 1949, de Libia y cn agosto de ese año, de Egipto. De los países del Cercano Oriente ocupan el primer lugar en la `‛aliyá" los judíos yemenitas y son muchos los judíos de Persia que llegan. En 1951 llegan a Israel la gran mavoría de los judíos del Irak.

La contribución de los sefaradíes y comunidades orientales en la incorporación al Estado de Israel se puede resumir así: entre 1948-1952 toda la "aliyá" que llegó al pais alcanzó a 7O7.650 almas, de ellas, 429.500 de origen sefaradí v comunidades orientales.

A pesar de todo, hay un segundo lado de la moneda en lo que respecta a la ‛'aliyá" de masas de los judíos Sefarditas y de las comunidades orientales desde el nacimiento del Estado, y lo traeremos a colación, también en estos momentos de alegría y festividad. A lo largo del período que duró el Mandato británico en Eretz Israel, los "olim" oriundos de Europa y el ejecutivo de la Organización Sionista, desarrollaron un tipo de cultura basado en los principios de valores europeos y lo impusieron sobre toda Eretz Israel. Así sucedió que con el nacimiento del Estado de Israel y la llegada de la "aliyá" de masas de los países de Africa y Asia, éstos se encontraron con los valores de una cultura específica, que representaba los valores culturales normativos del país. Más de una vez se vieron obligados a dejar de lado sus propios valores culturales tradicionales. Se los envió a estudiar a instituciones educativas extrañas para ellos, y por otro lado, se hicieron partícipes activos de una vida política que no conocieron ni practicaron en sus países de origen. De esa manera, sus valores culturales y tradicionales fueron considerados como sin valor y no tomados en cuenta. Se produjo una situación tensa, en la que parecía que todo el ancestro de estas comunidades era secundario y sin valor. A esto hay que agregar los problemas de adaptación a los que tenían que hacer frente todos los "olim", que se sentían extraños e incomprendidos ante la mayoría de la población local. Ese vacío dejó su marca, una señal de amargura en padres e hijos. Los "olim" que llegaron al país, plenos de un sentimiento de fe mesiánica, aceptaron la realidad tal como se presentaba: ya que les faltaban los medios y los recursos para cambiar lo que tenían frente a ellos. Al reventar la crisis, ésta trajo consigo el rompimiento del marco familiar y comunitario tradicional, ese marco que les daba Seguridad y apoyo uno en el otro, a lo largo de las generaciones.

El casi total desconocimiento que existía sobre la Creación cultural del judaísmo sefardita y de las comunidades orientales llevó a que se las menospreciara y a que se enraizara en la mente de los alumnos una serie de prejuicios sobre la participación de dichas comunidades en la creación de los nuevos valores en la renaciente cultura del país. El que no se conociera lo suficiente el pasado de dichas comunidades, como tampoco se aceptaran sus tradiciones, parte del acervo cultural general de todo el pueblo, lastimó los sentimientos de destino común que representaban todas las comunidades en su conjunto, sean orientales u Occidentales.

El resultado inmediato de la "aliyá" a Israel fue el gran impulso asentador, sea en la ciudad o en el campo, la "aliyå" de masas logró, en el primer decenio de la existencia del Estado de Israel, el establecimiento de decenas de ciudades de desarrollo, entre ellas: Ashdod, Dimona, Beer Sheva, Kiryat Shernoná, Kiryat Gat, etc., y junto a las ciudades se levantaron muchos "moshavim" (granjas cooperativas), a lo largo de las zonas fronterizas del país, que estaban en la primera línea de fuego. Pero, toda esa gigantesca obra no logró captar la atención del gran público, y que significara la contribución de esa gente para la construcción del nuevo Israel. Esa obra que es la expresión de decenas de miles de buenos judíos, de todos los ámbitos de la Tierra, amantes de Sión desde su más tierna infancia, y que la gran mayoría de ellos no trabajó nunca en la agricultura, en sus lugares de procedencia, y que menos aún sostuvo alguna vez un implemente de carácter agrícola. En corto tiempo se transformaron en agricultores experimentados, que con el fruto de su trabajo, no sólo cubrieron sus gastos y necesidades, Sino que participaron en el esfuerzo económico general del joven país en desarrollo.

En el primer decenio (1948-1958), se fundaron en el país 401 poblados, de ellos, más de la mitad, 222 lo fueron por sefarditas y de comunidades orientales, transformándose así en el factor central de toda esa magna empresa de asentamiento. Quien viajaba por ese entonces, a lo largo del país, se asombraba de la gran capacidad de adaptación de estos "olim", que a pesar de las dificultades supieron sobreponerse a las difíciles condiciones, esperando que tuvieran frente a ellos un futuro mejor, y así fue por cierto. He aquí la lista de lugares de procedencia de los 222 poblados: Marruecos, 75; Yemen, 59; Irak y Kurdistán, 23; Túnez, 20; Irán, 19; Sud América, 15, Egipto, 9; Turquía, 7; Bulgaria, S; Yugoslavia, 4; india y Cochinchina, 3; Siria, 3; Grecia, 1; Libia, 1.

La '‛aliyá" y presencia de los judíos sefarditas y los de las comunidades Orientales en la época del nacimiento del Estado y durante los años cincuenta y sesenta, tiene gran importancia hoy en día. La gran mayoría de los sefarditas y oriundos de comunidades Orientales, que representan el 18% del pueblo judío se encuentra en lsrael y representan casi el 60% de la población del país. Es también la comunidad judía que más se destaca por su índice positivo de natalidad. El peso de la comunidad sefardita en el mundo judío se debe en gran parte al peso que tienen en el porcentaje general de la población de Israel, y que va en constante aumento. A diferencia de lo que ocurrió en los comienzos del Estado, hoy en día los sefarditas comienzan a ocupar el lugar que les corresponde en la vida política del país; el equilibrio total se conseguirá en un futuro no lejano, si no en esta generación, con toda seguridad en la próxima. Un estudio objetivo que se realizó sobre el problema de las brechas inter-comunitarias, demostró que estas brechas se están reduciendo y que los recursos públicos se están repartiendo en una forma más equitativa. También en lo que respecta al acervo cultural se han producido cambios positivos, hay una vuelta a las fuentes. Ahora, un judío procedente de Marruecos o de Kurdistán esta orgulloso de su herencia cultural y de su acervo espiritual. Se escriben trabajos y estudios, y se realizan investigaciones sobre la historia y la creatividad cultural y espiritual de las distintas comunidades judías en el mundo.


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